Nunca pensé que el apocalipsis comenzaría de manera tan sencilla. Todo comenzó en un día cualquiera ,en una mañana ajetreada camino al trabajo. Escuché las noticias en la radio del coche y aprendí que algo extraño estaba ocurriendo. La gente estaba cayendo enferma, convirtiéndose en una especie de zombie.No lo tomé en serio,pensé que  era solo otra forma de sensacionalismo en los medios.                                                                                                                                                              Pero cuando llegué a la oficina, me di cuenta de que algo estaba sucediendo. Había una gran ...confusión entre mis compañeros de trabajo. Algunos estaban discutiendo sobre lo que había ocurrido y otros estaban preocupados por sus amigos y familiares. Me senté en mi escritorio y traté de concentrarme en mi trabajo, pero mi mente estaba en otro lado.

De repente, escuché gritos provenientes de afuera. Miré por la ventana y vi a varias personas corriendo por la calle, gritando y persiguiendo a otros. Pensé que tal vez habían sido atacados por algún tipo de banda callejera, pero algo en sus movimientos me parecía extraño.

Inmediatamente después, escuché un golpe fuerte en la puerta de entrada de la oficina y gritos de pánico. Miré a mi alrededor y vi que mis compañeros también estaban alarmados y se escondían debajo de sus escritorios. Me levanté y corrí hacia la puerta para cerrarla con llave, pero ya era demasiado tarde.

La puerta se abrió de golpe y una multitud de personas irrumpió en la oficina. Eran personas de todas las edades y géneros, pero todas mostraban los mismos síntomas: ojos enrojecidos, piel pálida y una extraña marca en la frente. Fue como si estuvieran poseídas por una fuerza desconocida y malévola. Gritaban y se abalanzaban sobre nosotros, tratando de atacarnos con las manos y los dientes.

Traté de protegerme con cualquier objeto a mano, pero era evidente que mi resistencia no duraría mucho. En un momento de desesperación, decidí saltar por la ventana de la oficina y escapar por el edificio para buscar ayuda.

Mientras saltaba, escuché los gritos de mis compañeros que no habían logrado escapar. Me aterraba pensar en lo que podría haberles sucedido.

Corrí por los pasillos del edificio buscando una salida, pero todas las puertas estaban cerradas con llave. No podía creer lo que estaba sucediendo, sentía que estaba en una pesadilla de la que no podía despertar.

Finalmente, llegué al final del pasillo y encontré una escalera de emergencia. No lo pensé dos veces y comencé a bajar por ella lo más rápido que pude. Al llegar al sótano, me topé con una puerta que daba hacia afuera.

La empujé con todas mis fuerzas y logré salir del edificio. Al mirar hacia atrás, vi a varias personas caminando en la dirección contraria, como si nada hubiera sucedido. Me pareció extraño, pero no le di mayor importancia y decidí irme a casa.

Al día siguiente, fui al trabajo pensando que todo volvería a la normalidad, pero me sorprendió encontrar la oficina cerrada. Nadie había avisado sobre el cierre temporal y no había ninguna explicación clara del motivo.

Decidí investigar por mi cuenta y descubrí que la empresa estaba bajo investigación por presuntas actividades ilegales. No solo eso, sino que varios empleados habían desaparecido y otros estaban siendo interrogados por la policía.

Me di cuenta de que había estado trabajando en en una empresa que estaba involucrada en actividades ilegales y que estaba en serios problemas. Me sentí abrumado y en shock, no sabía qué hacer.

Finalmente, decidí buscar ayuda legal y contar todo lo que sabía a la policía. Colaboré en la investigación y, aunque no estaba directamente involucrado en las actividades ilegales, perdí mi trabajo y padecí el estrés y la preocupación que conllevaba la situación.

Aprendí una lección valiosa sobre no dar nada por sentado en el trabajo y siempre estar alerta a cualquier señal de problemas en la empresa para la que trabajas. También aprendí que, aunque puede ser difícil, hacer lo correcto es lo más importante, incluso si eso significa perder tu trabajo o enfrentarte a consecuencias negativas. La integridad es fundamental en cualquier lugar de trabajo y es importante mantenerse fiel a tus valores y a lo que sabes que es correcto. Es mejor estar del lado correcto de la ley y tener la conciencia tranquila que estar en una situación ilegal o inmoral y vivir con el remordimiento de no haber hecho nada al respecto. La lección más importante que aprendí de mi experiencia es que siempre debemos seguir nuestros instintos y hablar cuando algo no está bien, incluso si eso significa enfrentar consecuencias difíciles.                                                                                                         Mientras reflexionaba sobre la importancia de la integridad en el trabajo, las luces se apagaron de repente y escuché un fuerte estruendo afuera. Sospechando lo peor, me acerqué a la ventana solo para ver una multitud de personas corriendo por las calles, gritando y huyendo de algo que parecía ser una horda de zombies.

Pánico y caos se apoderaron rápidamente del área, y el sonido de las sirenas de emergencia se mezcló con los gritos y los sollozos de las personas que luchaban por sobrevivir. Traté de mantener la calma y evaluar la situación. Me di cuenta de que no había manera de salir del edificio y, aunque tenía algunos suministros, no estaba seguro de cuánto tiempo durarían. Sabía que tenía que hacer algo para sobrevivir.

Busqué en Internet para ver si encontraba alguna información útil sobre los zombies. Encontré algunas pautas básicas sobre cómo sobrevivir en un apocalipsis zombie, como alejarse de las áreas urbanas y tener suministros esenciales para sobrevivir.

Decidí bloquear la puerta de mi oficina con la mayor cantidad de muebles y objetos pesados que encontré en mi oficina. También tapé todas las ventanas con cortinas y cubrí las rendijas de las puertas con cinta adhesiva para evitar que los zombies detectaran mi presencia.

Luego, comencé a juntar los suministros que tenía a mi alcance. Agarré los alimentos no perecederos que tenía guardados en mi armario, botellas de agua, linternas, una radio portátil y algunas herramientas como un cuchillo y un martillo.

Después de asegurarme de que estaba protegido y de ser posible abastecido, me senté y esperé. Esperé a que alguien me rescatara o que...