Lo que una vez fue la superficie. Ahora no es más yermo solitario que poco a poco se transforma en un nuevo mundo.

La Última Guerra, el Último Conflicto, el Final de la Vida. Así fue como los que habitaron cientos de miles de años después apodaron a la guerra con la que 'el más amado por Las Celestiales' pereció, haciendo que estos seres de un gran poder, casi cerca de lo Absoluto, acabaron con toda vida. Según cuentan los Espíritus con conciencia alguna, el Mundo mísmo tembló y el 'Lamento Celestial' fue escuchado, en cuestión de segundos dos grandes ejércitos fueron reducidos a cenizas y en cuestión de minutos, el Mundo se convirtión en un vasto yermo solitario. Lo único que se podría considerar con "vida" eran los Espíritus de aquellos que murieron con algún resentimiento.

El tiempo pasó, siglos pasaron en un parpadeo a perspectiva de Las Celestiales. Sin embargo, para el Mundo no fue así. Un punto minúsculo de entre un vasto yermo naranja con ruinas de aquellos que habían caminado por esas tierras hacía mucho tiempo, se llenaba lentamente de verde. Nuevamente, varios siglos transcurrieron y aquél punto verde se expandió hasta ser una gran mancha, no solo de verde sino que venía acompañada de punticos amarillos, rojos, violetas, morados y una gran variedad de colores. 

Un día, una patrulla de 'Alados' pasaba por ahí y vio la mancha verde. Inmediatamente contactaron con sus superiores y estos al escuchar el informe de sus subordinados contactaron a su vez con alguien de más alto rango. No fue mucho el tiempo hasta que aquellos informes llegasen a oídos de Las Celestiales.

Las mísmisimas Celestiales descendieron al lugar y vieron la gran mancha verde.

-Parece que Gaia quiere otorgar vida nuevamente.

Los 'Alados' observaron con confusión  a aquella mujer que se encontraba mirando la mancha verde.

-Así es.

Otra mujer habló con un poco de alegría en su voz.

-Si lo que dice es verdad, entonces... Él vendrá.

Las demás mujeres miraron a la que había hablado.

-Sí.

Otra respondió y prontamente Las Celestiales que habían descendido empezaron a usar su Divinidad para permitir que la mancha verde se expandiera más rápido. El Mundo tembló y la mancha verde se esparció rápidamente. En cuestión  de segundos el área que esta abarcaba alcanzó los kilómetros y en cuestión de horas la mancha verde se esparció hasta cubrir el continente. Con su Divinidad aún activa, pronto la mancha verde se esparció por todo el mundo. Ellas dejaron de usar su Divinidad y prestaron atención a lo que tenían en frente.

Un cuerpo humano se estaba formando lentamente del pasto verde que hacía unas horas había crecido.

Observaban con atención como su cuerpo se formaba, pero, ponían más atención a su cara.

Unos minutos pasaron y el cuerpo se había terminado de formar revelando lo que parecía ser un joven. Él abrió sus ojos y se sentó en el pasto el cual momentos antes había estado acostado.

-Bienvenido.

Las Celestiales miraron al joven con lágrimas.

El joven se asustó un poco al verlas.

-No tengas miedo, ven.

El joven hizo caso a lo que la mujer de cabellos dorados le decía y apenas él estuvo cerca de ella, la mujer lo envolvió en sus brazos dándole un cálido abrazo.

-Bienvenido de nuevo, Julián.

Y así fue como el Primer Humano luego del Fin llegó al mundo.









Gracias por leer y te invito a leer El Surgimiento de un Guardían. 

Esta mini historia es un mundo alternativo el cual en capítulos a futuro se mencionará brevemente en la novela.

Nuevamente, gracias por leer y te invito a leer la novela.

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