El estudio A-1 Pictures y sus prácticas laborales se encuentran en tela de juicio desde que el pasado 11 de abril, la oficina de Shinjuku que gestiona las condiciones laborales de los trabajadores dictaminara que el suicidio en octubre de 2010 de uno de los trabajadores del estudio de animación fue motivado por una depresión derivada del exceso de trabajo.

Según el abogado de la familia, el empleado de 28 años trabajó en A-1 Pictures como empleado a tiempo completo desde 2006 hasta diciembre de 2009. Durante ese tiempo, la compañía fue la responsable de gestionar las horas de trabajo del empleado, pero varias instituciones médicas por las que pasó el fallecido aseguran que trabajó hasta 600 horas al mes.

La familia del hombre recibirá una compensación desde el seguro laboral de la empresa. El abogado decía respecto a la decisión: “Las duras condiciones de trabajo en las que se desenvuelven los trabajadores del mundo de la animación son un problema bien conocido desde hace un tiempo. El gobierno potencia la imagen del negocio de la animación como uno de los atractivos de japón. Es imperdonable exportar productos derivados de la explotación. Lo que es indispensable actualmente en la industria del anime es un entorno de trabajo decente“.

En respuesta a la decisión, desde A-1 Pictures declaraban: “De ser cierta la decisión, es algo muy inesperado y no podemos hacer comentarios debido a que los motivos por los que ha llegado a tal juicio no son claros“. El director Daiki Nishimura también comentó la decisión vía Twitter, diciendo que “La culpa no es de A-1 Pictures… El estado general de todo este mundo, en el cual se incluye A-1 Pictures, tiene la culpa. Denunciar únicamente a A-1 Pictures es un error“. Después describía las malas condiciones de trabajo de la industria del anime, confesando haber pasado él mismo por una fase de depresión debido al exceso de trabajo.

El miembro fallecido de A-1 Pictures trabajó en animes como Ookiku Furikabutte o Kannagi.