Es tarde, bueno claro, para la hora de dormir, hoy estuve en la banca todo el día, no pude jugar ni un minuto, pero eso no importa, ya estoy aquí. 12:53 P.M a penas faltan 7 minutos para las 1 de la madrugada, salgo de ni auto y camino hacia a la puerta de mi casa, con un dolor del infierno, voy a necesitar algunas pastillas esta noche o tal vez no... siempre supe que la vida de un jugador de baloncesto profesional no era fácil, pero no pensé que tanto.

- Está supuesta - Dije en voz baja.

Empuje la puerta la cual estaba entreabierta, y al estar dentro, cerré con seguro todo, inmediantamente, un sonido leve pero continuo se escuchaba desde la sala de estar, caminé desde la puerta por el largo pasillo, y mientras me acercaba el sonido se hacia cada vez más claro.

- Estoy casi seguro de lo que es, pero esto me gusta - Dije vagamente.

Cuando pude visualizar el espacio de la sala, pude confirmar de lo que estaba casi 100% seguro...

- "Con solo saber tu aliento, puedo saber que comiste hoy..."

La mejor o una de las mejores caricaturas animadas hasta la fecha, si, era una de las lineas de Gravity Falls, he visto esto muchas veces, incluso sin querer, pero lo he disfrutado.

- No sé como te gusta tanto esto - Susurre exhausto.

En el sofa, en una posición solo vista en niños que están aprendiendo a dormir, estaba aquella mujer, tan grande y sublime, con una apariencia no muy llamativa, pero con un espiritu que llega a los cielos. Rodee el sofa, y me puse enfrente de ella, mirando su rostro y la menera tan torpe en la que dormia, queria reir, pero incluso los musculos de mi cara no querían reaccionar.

- Cometería el error de dar mi vida, la cual es prestada, solo por ver esto cada segundo de ella - Dije en voz baja.

No obstante, eso fue suficiente para hacerla reaccionar, lentamente abrió sus grandes ojos marrones, desaliñada y con un lado de la cara marcado con la textura del sofa, parecía estar en otra dimensión, tardo un minuto en poder abrir completamente sus ojos, pero a pesar de eso, no estaba muy consciente de lo que pasaba...

- ¿Te desperte? Bueno, si es obvio que si - Le dije.

- Ahhh, ¿Ya llegaste? Que bien - Respondió ella.

Ya había recuperado el conocimiento, pozó las palmas de sus manos en el sofa y por consiguiente sus codos se pusieron rigidos, para poder manetenerse en una posición en la que no podía caerse.

- ¿Cómo te fue hoy? - Preguntó aún soñolienta.

- Estaba muy cansado, mis musculos necesitan descansar, pero ya me siento un poco mejor, creo que... podría hacer otro pequeño esfuerzo - Le respondí tiernamente

Ella finalmente pudo mirarme con bien, acerqué mis manos a su cabeza, puse mis pulgares suavemente en su cien, acerqué mis labios y la besé en la frente, luego bajé manos y las puse en sus mejillas y besé su boca por consiguiente...

- ¿Nos Vamos? - Le pregunté

- Vamos - Respondió ella.

Lentamente, puse una de mis rodillas en el piso de las salas, señalandole que subiera a mi espalda, lo cual hizo vagamente, aunque no pesará tanto, estaba tan cansado que no podía levantarme fácilmente, pero ha duras penas pude hacerlo, y paulatinamente, comencé a caminar hacia nuestra habitación.

-¿No estás muy cansado? - Me preguntó

- Si, pero ahora mismo estoy muy feliz, así que, dejame llevarte por favor, como siempre.

Subir las escaleras fue lo más difícil, pero las pesas de ese desalmado gimnasio son 1000 veces más pesadas, así que pude hacerlo, luego de unoa pocos minutos, pude llegar a la habitacion, abrí la puerta y caminé hacia nuestra cama, la bajé allí. Ella, como si fuera magia, se durmió al instante luego de acomodarse.

- Duerme bien, niña - Soplé exhausto

Luego me senté en una pequeña silla al lado de nuestra cama. La verdad es que esto es más de lo que soñé, una vida plena, casi completa y la verdad si ha valido la pena, desearía Dios me diera algunos años de vida extra para poder disfrutar a su lado, pero no creo que eso sea posible, siempre creí que la muerte era la cosa más bonita que le podía pasar a un ser humano, hasta que estoy viviendo este momento ahora mismo, como cambian las cosas, entonces, descansa pequeña niña, mañana, para tí, será otro día...