La gente corría de un lado a otro en busca de suministros para llevar a sus familias, Arlet andaba apresuradamente tras su amiga María, con la cual ahora mismo se encontraba sobreviviendo, ya que una de las explosiones acabó con la vida de sus padres y hermanas.

Llegaron hasta un supermercado con los cristales del escaparate rotos, con sumo cuidado entraron, María recogió una bolsa de plástico del suelo, para posteriormente recolectar toda la comida que pudiese, Arlet siguió los movimientos de ella, al cabo de un rato ambas salieron con dos bolsas repletas de comida mientras reían, pero su risa fue detenida al oír la grave voz de un hombre.

—¡Eh vosotras dos! —El hombre se aproximó hacia ellas —¿Qué hacéis aquí?

—Pues... —María soltó una de las bolsas, sujeto la muñeca de Arlet y chilló mientras comenzaba a correr -!Nunca nos atraparas con vida!

Ambas jóvenes corrían velozmente, Arlet mostraba la preocupación en su rostro, en cambio María reía exageradamente. Cuando consiguieron perder de vista al militar, se adentraron en un búnker en el que se encontraban ellas dos solas, en el momento en el que el corazón de Arlet se relajo miro seria a María, ésta le devolvió la mirada, pero la seriedad no duró mucho y ambas jóvenes se echaron a reír. Arlet se quedó mirando a María, "Menos mal que tengo a María, ella no me dejaría nunca sola", eso pensaba Arlet sin saber lo que la esperaba en el futuro.